COVID-19. Varias investigaciones han relacionado la gravedad de COVID-19 con el tipo de sangre del paciente y señalaron la misma dirección: los pacientes del grupo A tienen el mayor riesgo de complicar la afección cuando se infectan con SARS-CoV-2. Una nueva investigación realizada por científicos de España, Alemania y Noruega respalda esta relación.
Este estudio colaborativo se realizó en 1.610 pacientes con insuficiencia respiratoria debida a COVID-19. Las personas en estudio estaban hospitalizadas en centros médicos de Milán y Monza, Italia, con enfermedades graves; así como Madrid, San Sebastián y Barcelona en España. Los investigadores dijeron que algunos de los pacientes analizados fallecieron posteriormente. Los pacientes infectados con COVID-19 se compararon con 2.205 personas sanas. 20 Minutos.
En el trabajo intervino personal especializado del Hospital Universitario Donostia, donde se extrajo el ADN de las muestras de sangre de los pacientes, que fueron estudiadas en el laboratorio de Kiel, en Alemania, y la internacional de genetistas de Noruega y Alemania.
Los científicos intentaron desentrañar por qué algunas personas no presentan síntomas, mientras otras necesitan tratamiento médico y respiración mecánica y muchas veces mueren y pusieron el foco en el tipo de sangre de los pacientes.
Si bien se trata de un estudio provisorio, consideraron que una razón de la forma tan diferente en que se desarrolla la enfermedad puede radicar en el grupo sanguíneo del afectado. Los científicos investigaron qué influencia tiene el tipo de sangre en los casos de pacientes de especial gravedad.
Los científicos analizaron material del ADN de los 1.610 pacientes graves. Las características genéticas que se descubrieron fueron comparadas con muestras de sangre de 2.250 personas sanas. Un primer resultado determinó que las personas con sangre grupo A parecen tener un riesgo particularmente alto de sufrir una evolución grave.
Por ejemplo, en Alemania, un 43% de la población tiene ese grupo sanguíneo. En ese segmento, el riesgo de necesitar oxígeno o respiración mecánica en caso de enfermar de COVID-19 podría duplicar al de las personas con grupo 0. En ese país el 41% de las personas tiene grupo 0.
Este resultado no implica que quienes tienen grupo 0 están exentos de padecer un cuadro grave de COVID-19 o de contagiarse de coronavirus, pero el riesgo de que presenten síntomas.
También se detectó menos riesgos en los grupos sanguíneos B y AB, que no son tan frecuentes y estarían en una posición intermedia en lo que respecta al COVID-19, de acuerdo con el estudio.
En la misma línea fueron publicados antes otros estudios como el publicado el 14 de octubre pasado en la revista especializada Blood Advance, que también muestran un curso más leve de la enfermedad con el grupo sanguíneo 0. Prácticamente al mismo tiempo, la Universidad Médica de Graz en Alemania informó sobre su propia serie de experimentos que pretenden aclarar este fenómeno. Si se confirman los resultados del estudio, podrían ser utilidad para el desarrollo de terapias farmacológicas.
El enfoque del estudio no es original para del COVID-19, ya que ha habido investigaciones similares sobre la relación de los grupos sanguíneos y otras enfermedades, como por ejemplo, la malaria. En ese sentido, se sabe que las personas con sangre grupo 0, rara vez enferman gravemente de malaria y están mejor protegidas contra un transcurso agresivo de este mal. Hay otras enfermedades en que otros grupos sanguíneos protegen mejor a sus portadores. Por ejemplo, el grupo A en el caso de la peste.
En marzo pasado, fue publicado otro estudio en la revista Blood Advances que igualmente sugirió que el SARS-CoV-2, el virus que causa el COVID-19, se siente “particularmente atraído” por el antígeno del grupo sanguíneo A que se encuentra en las células respiratorias.
Aunque los autores aseguraron que es necesario seguir investigando para comprender la influencia que tiene el tipo de sangre en la infección por COVID-19, ese artículo se sumó a su vez a los hallazgos de estudios anteriores que ya apuntaban una posible relación entre el grupo sanguíneo y la susceptibilidad y gravedad de la enfermedad.
Para llegar a sus conclusiones, los investigadores evaluaron una proteína de la superficie del virus SARS-CoV-2 denominada dominio de unión al receptor, o RBD. El RBD –que está dentro de la proteína spike– es la parte del virus que se adhiere a las células huésped, por lo que es un objetivo de investigación importante para entender cómo se produce la infección, explicó en un comunicado la Sociedad Americana de Hematología.
En experimentos en laboratorio, el equipo analizó cómo el RBD del SARS-CoV-2 interactuaba con cada tipo de sangre y descubrieron que este tenía una “fuerte preferencia” por unirse al grupo sanguíneo A que se encuentra en las células respiratorias. Sin embargo, no mostraba predilección por los glóbulos rojos del grupo sanguíneo A, ni por otros grupos de sangre encontrados en las células respiratorias o en los glóbulos rojos.
Los autores concluyeron en el estudio que la capacidad de RBD para reconocer y unirse preferentemente a los antígenos del grupo sanguíneo A que se encuentran en los pulmones de individuos con ese tipo de sangre puede proporcionar información sobre la posible relación entre el tipo A y la infección por coronavirus.
Con información de infobae.